¿HAY UNA PROPUESTA VÁLIDA Y SEGURA FRENTE AL COVID-19?

Las medidas: Seguro que casi todos estamos de acuerdo en que las medidas gubernamentales para parar la pandemia son inadecuadas, DESPROPORCIONADAS y no obtienen los resultados que se pretenden.

Figuradamente hablando (o no), alguien oyó en la tele la cantidad de muertos y accidentados que todos los años se producían en las carreteras españolas. ¡Horrible! Estadísticamente hablando, cada kilómetro de aumento en la velocidad permitida significaba un uno por ciento más de muertos. Y pensó que para reducir en un diez por ciento la cifra de muertos solo hay que bajar la velocidad máxima de circulación en diez kilómetros…. Y por la misma regla de tres, llegó a la conclusión de que para eliminar por completo esas muertes y esos accidentes lo mejor era prohibir el uso de vehículos a motor. La solución era muy simple y muy efectiva. Y muy desproporcionada. Porque, aunque a algunos les gustaría ponerla en práctica, un mundo actual sin vehículos a motor sería desastroso. Sólo imaginen la cantidad de servicios y suministros que dejarían de ser posibles y los problemas que surgirían debido simplemente a ese cambio. Intenten imaginarlo. Además, hay un problema de concepto. Si nos gastamos esas fortunas en carreteras con comisiones o no, cómo vamos luego a reducir la velocidad o incluso a prohibir los vehículos de motor. Si se le da la vuelta a la frase se entiende mejor.

Situación actual: Desde un punto de vista lógico, las autoridades, no deberían tener que prohibir a la población el poder llevar una vida normal ni imponer las limitaciones que se han establecido recientemente como consecuencia de la aparición de la pandemia. Deberían limitarse a informar, informar e informar. También fomentar y contribuir a desarrollar soluciones y además ayudar, por qué no, a aquellas personas que no tengan la capacidad de tomar las medidas adecuadas. Y finalmente a tratar de curar a aquellos que contraigan la enfermedad. Para eso último es para lo que pagamos la Seguridad Social ¿No?

Pero siguen prohibiendo y todo esto no es sino una muestra de su ignorancia en cuanto a cómo salir adecuadamente de una situación como la actual. ¿O no? Como la afección está llegando a unos extremos inaceptables, el que escribe esta carta quiere hacer un análisis y una propuesta, con el fin de llegar a una solución que creo factible y que no entiendo POR QUÉ en el tiempo que ya llevamos de pandemia todavía no se ha llevado a cabo.

Análisis: A partir de los estudios realizados acerca del COVID-19 se deduce con bastante claridad que hasta la fecha los modos de contagio del virus se producen a través de las mucosas de la cara: Los ojos, la nariz y la boca. La transmisión puede ser a través de gotas acuosas en las que el virus se encuentra disuelto o bien mediante transmisión indirecta a través de la contaminación de objetos, manos o incluso de la ropa, que posteriormente se llevará a dichas mucosas.

Las gotas de transmisión pueden ser de diferentes tamaños, de forma que cuanto menor sea el diámetro de las mismas, mayor alcance tendrá la transmisión del virus pudiendo llegar a alcanzar muchos metros de distancia por el impulso de los gases del aire y por el viento, que propicia el movimiento del mismo. Al parecer, la supervivencia del virus se puede alargar cuando la gota en la que está contenido para su difusión se seca. Y aunque existen factores que cambian esta situación en gran medida, como es la temperatura, la humedad del aire, el tipo de superficie, etc., parece que existen situaciones en las que una vez seco o casi seco, el virus puede sobrevivir por semanas. Esas gotas pueden ser absorbidas y bloqueadas por una mascarilla de tela, pero cuando se secan, el virus que contienen puede ser absorbido por el portador de la misma

El tamaño del COVID-19 está al parecer entre los 50 y los 150 nm. Si elegimos convenientemente un elemento con capacidad de filtración por debajo del tamaño mínimo del mismo y respetamos las presiones de uso dentro de los niveles adecuados, podemos garantizar con una probabilidad muy alta que dicho virus y aquellos con un tamaño similar o mayor, no van a poder atravesarlo.

Del análisis de la información anterior se deduce fácilmente que debemos proteger la entrada de aire a boca, nariz y ojos y garantizar la no entrada de patógenos a cualquiera de esas vías. Con esto, la protección contra el virus sería completamente eficaz. Además, debemos mantener la limpieza de manos y ropa, así como de otras superficies donde el virus pude depositarse en forma de microgotas.

Empleando una mascarilla técnicamente bien diseñada el virus no puede contaminar al portador y si la mascarilla se diseña incluso un poco mejor, una persona portadora del virus, no podría contaminar a nadie de su alrededor.

Diseñar una mascarilla protectora adecuada no es fácil pero tampoco es demasiado complicado, técnicamente hablando. En tres o cuatro meses se podría tener la primera unidad.

Mientras estemos en una fase donde no haya obligación de reclusión, la situación es llevadera. La situación, con mascarillas, ha sido poco seria y lo sigue siendo. Los que mandan la emplean para evitar pasar a la anterior fase, pero la forma y los modos son un poco de risa. No hay homologación ninguna de las mascarillas, ni control en absoluto de la bondad de las mismas. Hay quien usa la misma mascarilla desde que empezó la situación; hay quien usa un trapo para taparse la boca y nariz, y hay quien tiene una mascarilla guay con una válvula que lanza granadas covidianas hasta lugares donde el hombre no ha estado jamás.

Si nos obligan a llevar mascarilla debería de ser porque la mascarilla es segura. Entonces porqué prohíben el libre movimiento de las personas. Y si la mascarilla no es segura, porqué la imponen. Por favor, regulen la mascarilla para que al menos sea segura y dejen de prohibir. ¿No es este un razonamiento lógico?

El virus sólo contagia a los que están de pie, si te sientas en una terraza o en un restaurante ya no te contagias. ¿O claro que sí? Sé que esos negocios están muy castigados, pero hay que regular eso mejor. Seamos coherentes. En otros lugares lo están haciendo mejor. Hay soluciones para no tener que cerrar ningún bar o restaurante. ¿Y lo de la hora? ¿A qué hora despierta el virus? Seamos coherentes.

Pero quizás igual de importante que esa tal mascarilla sea segura es que sea cómoda y que no produzca efectos adversos.

¿Qué tal si tomamos esos dos requisitos como punto de partida para buscar una solución adecuada?

¿SOLUCIÓN?: Imaginemos una situación general en la que un virus similar al COVID-19 pero incluso mucho más mortal y con más facilidad de expansión que él, asole a nuestro país. Y veamos las posibles salidas de esa situación:

1.- Esperar a que desaparezca: extremando medidas de contención, limitación de movilidad, etc. Creo que casi todos pensamos que ese no es el camino por mucho que lo intentemos y que, si lo es, el coste es tan alto que puede que no merezca la pena porque también puede que a la larga el número de muertos y heridos supere a los que se habrían producido dejando extender la pandemia. Pero esto es lo que parece que se recomienda desde la OMS y hacerle caso no tiene riesgo porque “Seguíamos recomendaciones de los expertos. Como los demás países. Entonces nada que objetar Señoría”.

2.- Esperar a la obtención de una vacuna: Esto va a pasar, no perdamos la esperanza. Y esperemos que esa vacuna sea la panacea y no tenga efectos secundarios. Pero hagámonos estas preguntas:

  • • ¿Cuánto falta para que llegue de verdad esa vacuna?
  • • ¿Será la vacuna eficaz contra todas las mutaciones del virus?
  • • ¿Tendrá la vacuna algún efecto secundario, desconocido (o conocido por los diseñadores, pero aceptado como mal menor) que por el poco tiempo de prueba y desarrollo pueda ser perjudicial a la larga para los usuarios de la misma?
  • • ¿Nos van a decir los que la autoricen o sus descubridores, si ésta tuviera algún efecto secundario, que lo tiene o preferirán decir que no lo sabían? Cosa que incluso podría ser cierta por el poco tiempo de prueba de la misma.
  • • ¿Han corrido demasiado? ¿Se han saltado algún paso? ¿Qué ha cambiado para que ahora obtener una vacuna se logre en un tiempo récord?
  • • ¿Qué vamos a hacer en la próxima pandemia por virus similares? ¿Vamos a esperar a otra vacuna?
  • • ¿Van a controlar a las personas que tienen la vacuna para permitirles ciertas actividades que no van a permitir a los no vacunados?
  • • ¿Nos van a obligar a ponernos la vacuna?

3.- Un buen argumento e iniciativa para evitar que las autoridades empleen su potestad de restringir la movilidad con razones más o menos justificadas, aparte de la destrucción masiva de la economía, y unas cuantas cosas más que los que mandan parecen no querer ver, podría ser la propuesta que aquí se presenta: encontrar una mascarilla que sea segura y cómoda. Así las personas, además de tener otra razón más para su uso, también conseguirían que su libertad de movimiento ya no debería poder limitarse.

4.- ¿Alguien conoce otra solución? La guerra no vale y la inmunidad de rebaño a partir de un contagio masivo gradual o no, no me atrevo a proponerla porque me tacharían de algo feo, pero sería la solución adecuada, la natural, la de toda la vida. Aunque ahora parece políticamente incorrecta, sobre todo porque dejaría en evidencia el mal funcionamiento del sistema público de salud. Eso es lo que se debería haber hecho desde el primer momento. Pero quizás no interesaba crear hospitales de campaña suficientes y reforzar el sistema de tratamiento de esta enfermedad. Y claro si hay un desbordamiento… ¿Quién tiene la culpa y LA RESPONSABILIDAD? ¡Esta política paternalista la está volviendo a cagar! A estas alturas ya, ir por esa vía es políticamente peligroso porque puede ser admitir demasiadas cosas. No sé, hacen falta huevos y medios, pero creo que faltan las dos cosas. O quizás falte dinero para llevarlo a cabo y por eso Hacienda haya super reforzado y super intensificado sus recaudaciones para obtener más dinero de los contribuyentes y de paso ayudar con una muerte súbita para que no sufran una agonía en este descalabro económico. Se le llama eutanasia empresarial. No sé, quizás otra razón todavía más importante desconocida aún.

CARACTERÍSTICAS DE LA MASCARILLA CÓMODA

Así que parece que sólo nos queda una vía. Ojalá no fuera así. Hagan juego, si a alguien se le ocurre algo mejor que lo diga cuanto antes.

Una mascarilla con las dos características no existe o yo todavía no la he visto, pero podría desarrollarse en poco tiempo. Entre otras características debería cumplir que: No debe calentar ni humedecer la cara como consecuencia de la transpiración que impide o por la propia respiración del usuario. No debe producir alergias. No debe producir rozaduras. No debe ser pesada. No debe producir marcas. Debe ser fácil de quitar y poner. Y fácil de transportar o guardar. Debe preservar en la medida de lo posible la expresión de la persona: La comunicación no solamente tiene lugar a través del habla. Cuando eliminamos los gestos y expresiones perdemos gran parte de ésta. Debe mantener la identificación del individuo: Las personas con el rostro cubierto pueden cometer delitos con mayor facilidad. Si podemos evitar esto en la mascarilla podremos evitar esos efectos secundarios de la misma. La mascarilla podría incluso ser un elemento que al incorporar sistemas electrónicos y de comunicación podrá convertirse en un artículo de uso deseado. Podría ser una extensión del teléfono móvil al que iría conectada por bluetooth o wifi (Bueno, esto quizás sea ya sea pasarnos un poco) y más cosas. En cualquier caso, si seguimos por el camino de contaminación que vamos, la mascarilla va a ser necesaria, aunque por otras causas como sabrán los que han ido a China. Tanto esfuerzo y dinero en las vacunas y no se intenta una cosa mucho más barata y sencilla de desarrollar…

CONCLUSIÓN

Como consecuencia de todo lo anterior, cualquier mortal con sentido común, pensaría en la posibilidad de impulsar alguna iniciativa seria, que propiciara la fabricación de una mascarilla cómoda y efectiva. No para ganar dinero sino para resolver la situación. Que no produzca efectos secundarios y que pueda incluso tener ciertas ventajas. Tal dispositivo sería cómodo de usar y evitaría la transmisión de la enfermedad. Podría llevarlo todo aquel que no quisiera infectarse y, por tanto, una restricción de la movilidad estaría injustificada desde un punto de vista social o de la enfermedad. Ante tal situación, los que nos mandan se deberían de limitar a informar de la situación y de la imposibilidad de contagio con tal dispositivo. Y en algunas situaciones, financiar o incluso regalar dicho dispositivo a parte de la población. Nada más. Si alguien se contagia, podrá acceder a su curación. Pero ya, no bajo la responsabilidad del Ejecutivo sino bajo la suya propia, una vez cumplidas las condiciones anteriores. No llevar la máscara sería equivalente a tener relaciones sexuales con desconocidos sin el uso de preservativo. Algo que nadie duda que está permitido bajo la responsabilidad de cada uno y que nadie, una vez informado y conociendo la existencia de condones, puede esgrimir para exigir responsabilidades, que es, entre otras cosas, precisamente lo que parecen querer los que nos mandan.

Sin entrar en connotaciones económicas, la vacuna es un parche a corto plazo. O nos inmunizamos y cortamos la enfermedad como se ha hecho siempre, o esto será un bucle sin fin. Más mutaciones, más vacunas. Más negocio. Y más de lo mismo.

En definitiva, la mascarilla es un mal menor pero su utilidad es innegable, si es verdaderamente segura. El diseño y fabricación de un prototipo seguro y cómodo ya se debería haber empezado y hay algunas en el mercado que están cerca. ¿Por qué no se deciden y financian una que además de segura sea cómoda? Repito: En tres o cuatro meses se puede conseguir si hay voluntad y medios. Hagan juego señores y señoras, … ¡No va más!

Alberto Adarve

Sep - 2020